RELATIVISMO, RELACIONES PERSONALES Y PSICOLOGÍA DEL INDIVIDUO


Señalamos a continuación una serie de puntos interesantes para la reflexión sobre el papel del cooperante a la hora de interactuar con el medio. Podemos decir que el cooperante siempre es un agente exógeno y por lo tanto siempre alterará la comunidad a la que llegue (aunque hay lugares que tienen tal cantidad de cooperantes, que han pasado a ser un grupo más socialmente reconocido por la sociedad de acogida). Hasta hace unos años el paradigma desarrollista al que se veía sometida la cooperación solía ver estos cambios de manera positiva pues en la idea de progreso estaba implícito que todas las culturas se parecieran cada vez más a la occidental. Por otra parte, la cooperación se ha visto muy influenciada por la idea de relativismo que ha llevado a que tengamos “excesivas precauciones” por no “contaminar” a las culturas con las que a veces trabajamos. De nuevo aquí pueden surgir conflictos y desde luego no hay una respuesta total, lo que plantean algunos especialistas, por ejemplo si nos encontramos con hábitos que afectan a derechos fundamentales de las personas (no olvidemos que éstos no dejan de ser un valor inalienable de nuestra cultura pero que para otras no tiene por qué ser así) de forma reiterada y que están culturalmente asumidos, y vemos que tiene que haber cambios porque están en juego la integridad de seres humanos, dichos cambios se tienen que realizar de forma endógena (es decir por la propia población) y para ello recomiendan que se tiene que entrar en diálogos horizontales con los agentes implicados en ese cambio. Volviendo a esos puntos para la reflexión que comentamos anteriormente los expondremos brevemente y espero que den lugar a debate, no sin antes señalar que su carácter cotidiano a veces puede hacerlos parecer de poca importancia pero sin duda haberlos trabajado ayuda a la hora de enfrentarse con el día de la cooperación.

1.Relaciones Personales
Cuando se trabaja una larga temporada en un lugar, y más cuando se trabaja con personas es inevitable/es deseable establecer vínculos afectivos. Ahora bien a veces debemos tener cuidado con nuestros comportamientos a la hora de que no afecten negativamente nuestra labor, o la percepción que tiene de nosotros la población con la que trabajamos.

Por ejemplo muchas veces nuestras relaciones de amistad con individuos concretos o grupos pueden despertar suspicacias y desconfianzas por parte de los demás. Evidentemente debemos desarrollar nuestras amistades, pero hay que estar alerta porque inconscientemente podemos estar beneficiando más a unos que a otros simplemente por esa visión más positiva que tenemos de ellos. Y aunque no sea así, siempre debemos dar muestras de ecuanimidad, y que nuestro trabajo sea transparente a fin de visualizar la probidad del mismo.

Debemos ser conscientes que las relaciones amorosas y eróticas pueden llegar a ser fuentes de conflictos en las comunidades.

El tema de las percepciones del cuerpo es interesante. Debemos tener un conocimiento concreto de los significados del cuerpo en cada cultura para evitar los conflictos que de nuestro desconocimiento se pudieran derivar. Desde las situaciones un tanto jocosas del saludo (besos, dar la mano, agachar la cabeza), a saber si nos tenemos que cubrir ciertas partes del cuerpo, descubrirnos o descalzarnos en ciertos lugares, etc.

Un problema recurrente son las relaciones paternalistas que podemos generar. A veces nuestro exceso de celo en el trabajo, y nuestras buenas intenciones impiden el desarrollo de la autonomía de los beneficiarios de los programas. Bueno no todo es culpa nuestra, normalmente la orientación asistencialista de los programas genera este tipo de efectos perversos, pero muchas veces de nuestra actitud depende que la cooperación genere libertad y autonomía, no lo contrario.

Cabe señalar que el cooperante cuando llega a una zona despierta muchas expectativas entre los beneficiarios. Por ejemplo, a veces simplemente realizamos actividades de censo con el fin de evaluar los posibles beneficiarios de un programa. En ese proceso el bombardeo de preguntas sobre “qué es lo que les llevamos” es muchas veces inevitable. Pero debemos tener sumo cuidado de no insinuar o dar a entender que “se va a construir X” o que “va a llegar un proyecto de Y”, si no tenemos plena seguridad que va a ser así. Incluso debemos tener cuidado aunque estemos seguros, por los imprevistos que pudieran surgir. A veces no responder estas preguntas nos va a costar mucho, sobre todo cuando nos encontremos ante situaciones de especial necesidad, pero contestar de forma irresponsable puede generar frustración y desconfianza entre los beneficiarios.

En cuanto a las relaciones de género, muchas veces nos encontraremos inmersos en sociedades con desigualdades de género estructurales, un combate contra ellas personalizado nos puede generar conflictos, tanto a nosotros como a las personas agredidas y puede ser muy poco operativo. Lo mejor es insertarse en redes de género y derechos humanos que tengan programas integrales.

El tema del consumo de drogas blandas, que en ciertos ámbitos de nuestra cultura está muy aceptado, en otras culturas es percibido de manera muy diferente, y por supuesto está perseguido en la mayoría de los países de recepción además de estar muy duramente penalizado.

 
2.Psicología del individuo.

Es interesante reflexionar continuamente sobre nuestras emociones. En muchos casos el cooperante busca una realización personal que puede generar muchas frustraciones. También se focalizan muchos de nuestros de deseos y anhelos en este tipo de labores y eso nos puede llevar a buscar (inconscientemente) más nuestros intereses emocionales que los de la gente. Frente a esto hay que replantearse nuestra posición en el entorno, lograr los mayores grados de objetividad y sobre todo velar por los intereses reales de los beneficiarios (siendo para ello imprescindible desarrollar una empatía y una comunicación fluida con éstos).

También hay que tener en cuenta la distancia de muchos seres queridos, los problemas que acarrea el choque cultural (incluso el “choque social” que producen las situaciones de pobreza o violencia) que se suelen tornar en un malestar interior y en un desagrado con la cultura de acogida. Esto pertenece mucho al mundo de las emociones individuales y tampoco hay “fórmulas mágicas” pero es interesante mantener una comunicación fluida con compañeros con los que poder compartir este tipo de situaciones o con personas que nos puedan ayudar, y a nivel individual mantener una actitud de coherencia con las propias ideas y disfrutar de las satisfacciones del trabajo honesto y honrado. Sobre todo ser conscientes de que no somos ni superhombres, ni supermujeres y que no podemos solucionar todo de una sola vez.